Los de Inglés en la universidad

¡QUE GOZADA! Pertenecer a las Aulas de la Tercera Edad es toda una gozada. Allí todo es positivo: Las clases, el buen hacer de todos los Profesores, la amabilidad de las compañeras, la organización…No, no es por adular, es la realidad. Cuando nos jubilamos, entramos en una época de nuestras vidas diferente. Todo cambia. Acostumbramos a no parar en todo el día, se llega a la tan deseada jubilación y…. ¡cuantas cosas que siempre has querido hacer, no las puedes poner en práctica por la edad! y ahí, ahí es cuando entran en acción Las Aulas. Estar en ellas hace que veas las cosas diferentes. Vuelves a la dinámica de antes, te relacionas con gente, practicas tus aficiones y aprendes todo aquello que en tu vida laboral no has podido por falta de tiempo.
Pero, no es de las Aulas de lo que quería hablar. Claro que de no ser por ellas no lo podría hacer. Quiero hablar de los viajes “fin de curso” que he hecho con los talleres a los que asisto y que han supuesto para mi una experiencia inolvidable.
Primer viaje: Visita al Centro Budista de “La Sella” (taller de Yoga)
Segundo viaje: Valencia, Aula de Filología de la Facultad. Visita a la antigua universidad y M.U.V.I.M. (Museo valenciano de ilustración y modernidad).
El centro budista con los de Yoga
El primero fue muy interesante. El edificio es sobrio y grandioso y además de las personas budistas que lo frecuentan, está abierto a todo el mundo. Su gente es muy amable. Nos obsequiaron con una charla enriquecedora para nuestro espíritu y practicamos todos juntos una meditación. Recorrimos todas las dependencias y finalmente nos prepararon una agradable comida.
Excursion por Valencia del grupo de inglés
El segundo viaje fue, además de interesante, fantástico. Tuvimos ocasión de asistir a una clase de inglés en la facultad. De entrada, y antes de la clase, nos obsequiaron con un suculento desayuno.
Ya en la clase nos instaron a sentarnos mezclados con los alumnos habituales. Si, si, entendimos bastante y se nos hizo corta la hora que duró.
A la salida nos dirigimos a la calle la Nave y visitamos el edificio de la antigua Universidad. Una guía, perteneciente al voluntariado, nos guió por sus estancias.Comimos en la escuela de hostelería y por la tarde entramos en el MUVIM. Nadie esperábamos aquello. Es un museo diferente que nada tiene que ver con los convencionales. No, no puedo contar nada más, pero desde estas líneas ruego a Susana, coordinadora de nuestras Aulas y artífice de esta visita, que vuelva a concertar, no una, sino las citas que hagan falta para que todos cuantos lo deseen puedan conocer el contenido de este museo. Ya me contaréis.
Tere Hernández

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