LA DÉNIA PÍCARA de Vicent Balaguer

Esta vez Vicent nos ha estado hablando de la Dénia pícara.

Parece ser que a partir del siglo XVIII cuando los avatares de la vida dejaron a Dénia arrasada, se afincaron siete u ocho firmas importantes inglesas a las que les llamó la atención el negocio de la pasa y que empezaron a comercializarla. Se la llevaban por mar y a la vuelta traían muebles y objetos de decoración ingleses que utilizaban para embellecer sus recientes mansiones.

Utilizaban grandes barcos que tenían que fondear en el exterior del puerto por no tener cabida dentro.

El negocio era internacional, se exportaba a todo el mundo y llegaron a haber hasta ocho embajadas en nuestra ciudad.

En 1915 cuando se instaló el tren, toda la comarca podía transportar su género al puerto de Dénia por la línea que venía de Carcaixent y de Alicante, ya que las vías llegaban hasta casi tocar el agua.

La vid ya existía en tiempos de los romanos y también de los musulmanes, pero cuando verdaderamente se comercializó fue al especializar la vid y dejar solo la uva moscatel que fue la que hizo famosas universalmente “las pasas de Dénia”.



Las carreteras de acceso se mejoraron por mediación de Patricio Ferrándiz.

Todo esto llevó a que había una clase media pudiente, sin problemas de dinero y con mucho tiempo libre. Para solucionarlo se preocuparon de poner el teléfono, luz de gas para alumbrar las calles desde 1885, más tarde luz eléctrica y el nivel cultural y musical también creció con espectáculos en el Gran Teatro que se había inaugurado en 1869.

Se sabe que en les Rotes existían chalets con pistas de tenis. Esta clase media muy relacionada con la clase mercantil inglesa enviaba a sus hijos a estudiar a Londres y existía un local social deportivo en el que seguramente se jugaba al futbol. Los ingleses trajeron la modernidad a Dénia.

En la 2a República se quiso fomentar el turismo internacional, pero no duró mucho al venir luego la guerra del 36.

No todo eran riquezas, la ciudad en sí era insalubre para la gente de a pie o pescadores, incluso se recomendó por las autoridades sanitarias el derribar las murallas a fin de evitar infecciones.

En 1917 se inauguró la calle Marques de Campos estando a su alrededor los casinos “Magallanes” “L’ánxova” para disfrute de los 12.000 habitantes que tenía Dénia por entonces, y tres o cuatro casas de ruletas, una de ellas “El siglo” en els quatre cantons.

Los prostíbulos o casa de chicas estaban en la calle Quevedo y en la calle San José y se cuenta que venían autobuses los fines de semana con los jóvenes de la comarca para visitarlas. La dictadura lo prohibía, pero había una especie de acuerdo en el que se permitía la prostitución en las ciudades que tenían puerto de mar. Aunque todo esto termino en el 1954.

Existe en el archivo municipal un listado chicas del año 1920 en el que se tomaban nota de los nombres, edad y nacionalidad (mayormente francesas) con algunas fotos de la época.

Se cuenta que un empleado del ferrocarril de alto rango se gastó en juego y chicas la recaudación de toda la semana y luego se suicidó en la Torre del Gerro. Así era la fama de Dénia, era la corruptora de personas, o por lo menos esa era la excusa. Venían a vender y antes de irse se gastaban todo lo ganado en las distintas ofertas golosas que Dénia ofrecía.

También había otra forma de enriquecerse. La banca privada gestionaba los ingresos de los campesinos y ofrecía préstamos en años malos. Luego se quedaba con los campos si no pagaban (casi igual que ahora).

Y esto es en resumen la entrevista que sostuvimos con Vicent, siempre tan colaborador y amable.